Esta preciosa pieza en seda está bordada con flores de alegres colores. Su tamaño es más pequeño que otras de nuestras piezas, pero su historia y artesanía son increíbles.
Rosarillo era una mujer de una población de Madrid que bordó su primer mantón en los años 50, cuando era mocita. Esta pieza le acompañó en los momentos más especiales: bailes, verbenas y bodas. Espacios de alegría y buena energía de los que esta pieza está impregnada.
El mantón de Manila es fruto del trabajo de nuestras antepasadas, de nuestra historia y folclore, siendo un tesoro atemporal que siempre te acompañará.
Esta pieza, originaria de principios del S.XX, ha sido recuperada, reparada y restaurada por Grändma, Modelitos Fetén. Puede tener zurcidos o reparaciones en el bordado o enrejado, gracias a ello se puede volver a lucir como se merece.
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