Cómo cuidar y conservar un mantón de Manila: guía completa

El mantón de Manila es una de las piezas más emblemáticas y versátiles del vestuario español, conocido por su origen exótico y su exquisita belleza.

Este accesorio, originario de Asia y que fue adoptado e incluso modificado con entusiasmo en España, ha sido parte de la moda desde el siglo XIX y es sinónimo de elegancia, historia y artesanía. Para aquellas que amamos la moda vintage y antigua recuperada, un mantón de Manila no solo es una absoluta joya, sino también parte de nuestro patrimonio y memoria de nuestras antepasadas.

Por todo ello, se trata de una pieza que necesita cuidados especiales para mantenerse en óptimas condiciones.

Aquí te comparto una guía completa sobre el cuidado y la conservación del mantón de Manila para que puedas preservarlo y lucirlo en todo su esplendor.

1. Conocer la historia y el material del mantón de Manila

El mantón de Manila se caracteriza por su tejido de seda, elaborado a mano y con bordados intrincados. Originalmente, estos mantones llegaron a España desde Filipinas a través del comercio de Manila, de ahí su nombre. Los motivos decorativos incluyen flores, aves y, en ocasiones, símbolos chinos, y cada mantón es una obra de arte en sí misma. Asimismo, también se caracteriza por su enrejado y flecado, fruto de nuestra herencia árabe, y por sus elaborados bordados.

En nuestro artículo del blog “El Mantón de Manila; un tesoro de nuestro patrimonio” puedes conocer más sobre la historia y evolución de esta joya de la historia textil.

Es fundamental saber que el mantón de Manila está hecho de seda, un material delicado y natural que requiere conocimientos y cuidados específicos para evitar que se deteriore. Al ser una pieza histórica y muchas veces de colección, el mantón necesita un manejo y almacenamiento adecuados.

2. Limpieza del mantón de Manila

Regla de oro del cuidado de tu mantón de Manila: Los mantones de Manila NO pueden sumergirse en agua.

A veces, pueden presentar manchas, por ejemplo, de perfume, sudor, o algún tipo de líquido, pero es muy difícil eliminarlas. El motivo es que los tintes usados en épocas pasadas eran 100% naturales, por lo que al lavarlos con agua los colores se difuminan, manchando la seda del mantón.

a. Limpieza en seco profesional:

La seda es un tejido frágil, especialmente cuando se trata de piezas antiguas. La mejor manera de limpiar un mantón de Manila es mediante una limpieza en seco profesional. Busca una tintorería de confianza que tenga experiencia en el tratamiento de piezas de seda y bordados antiguos. Este tipo de limpieza ayuda a eliminar el polvo y la suciedad sin dañar la tela ni los hilos bordados. Pero ten en cuenta que es posible que algunas manchas, sobre todo las de antigüedad, no puedan ser eliminadas del todo.

 

Para nosotras, también forman parte de la belleza de un mantón de Manila antiguo, ya que son las huellas del paso del tiempo, las cicatrices de vidas pasadas, que, aun siendo cuidadas y reparadas, ya forman parte de la pieza como parte de su espíritu.

b. No lavar en casa:

Evita a toda costa lavar el mantón en casa, ya que el agua y los detergentes comerciales pueden debilitar las fibras de seda y desvanecer los colores, sin olvidar el riesgo de que se corran los tintes naturales en el caso de los mantones antiguos. Además, los bordados pueden perder su brillo y textura. Si es necesario eliminar alguna mancha superficial, puedes usar un paño limpio ligeramente humedecido y realizar suaves toques sin frotar. Nuestro consejo es: confía tu tesoro a una tintorería especializada.

Por otro lado, no podemos olvidar la importancia de la limpieza y conservación del enrejado y flecado. Spoiler: la lavadora destrozará tus flecos, y si lo lavas a mano conseguirás resultados parecidos. De hecho, en las tintorerías especializadas, trenzan los flecos para evitar su deterioro. En los mantones de Manila antiguos, los flecos además son también de seda.

c. Secado

Si alguna vez se humedece accidentalmente, seca el mantón de manera natural. Colócalo en una superficie plana y deja que se seque al aire libre, pero sin exponerlo al sol directo, ya que esto puede decolorar la seda y hacer que el material se vuelva quebradizo. Es muy importante que NUNCA uses la secadora, y que tampoco cuelgues el mantón, ya que el peso del agua lo deformará.

d. Almacenamiento del mantón de Manila

El almacenamiento adecuado es CRUCIAL para conservar la belleza y la integridad de tu mantón. Te aportamos algunos consejos para almacenar de manera óptima tu mantón de Manila:

Evita colgarlo:

Aunque algunos puedan pensar que colgar el mantón es una buena forma de guardarlo, en realidad, esto puede deformar la tela y los bordados debido al peso. En su lugar, debemos guardar nuestro mantón de Manila correctamente.

Doblar incorrectamente tu mantón de Manila puede tener consecuencias devastadoras, causando pliegues permanentes y tensiones que lo deformen y deterioren. Por otro lado, el fleco es muy sensible, complicando su conservación adecuada.

SIEMPRE guardaremos los mantones con los flecos desenredados.

Sigue los siguientes consejos para garantizar una larga vida a tu mantón de Manila:

Localiza una superficie limpia, plana y espaciosa como una cama o una mesa grande, y examina que no haya ningún objeto afilado o con punta cerca. (Recuerda que los mantones “están vivos”, por lo que cuanto más despejado esté el espacio mejor).

Despliega tu mantón sobre la superficie escogida y elige una técnica de doblado.

Algunas de las técnicas más extendidas son estas:

Dejar caer el mantón por su peso.

A veces se recomienda tomar el mantón del centro y dejarlo caer sobre un papel de seda o un tejido de algodón que esté limpio y seco. El riesgo de esta técnica es que se hagan pliegues indeseados y los flecos del mantón se arruguen.

Técnica de Plegado en tercios.

Aunque pueda sonar rimbombante, esta técnica simplemente consiste en doblar el mantón en tres partes iguales para evitar pliegues en el centro. De esta manera se distribuye uniformemente la presión, evitando tensiones. Los flecos deben quedar dentro del mantón lo más extendidos posibles. Lo ideal, es poner en cada pliegue papel tipo Kraft, que sea grueso, para que las dobleces no se marquen y los flecos no se enreden.

Técnica del enrollado sobre sí mismo.

Con la opción de guardarlo enrollado sobre sí mismo, solo tienes que ir envolviéndolo hasta que quede en forma tubular o de rulo. Posteriormente se introducirá en una caja cuadrada o cilíndrica de cartón. De esta manera se evitan los pliegues del tejido, que podrían acabar debilitando la seda.

Técnica del tubo de almacenamiento largo.

Consigue un tubo o rulo lo suficientemente grande, por ejemplo, los rulos de las tiendas de tejidos, y enrolla tu mantón con cuidado de no tensarlo y colocando los flecos lo más estirados posible hacia dentro. Lo ideal es guardar el tubo en horizontal.

e. Caja de almacenamiento de tela o cartón sin ácido:

Guarda el mantón en papel de seda, o incluso mejor, en una funda de algodón, para protegerlo del polvo y la humedad. Así evitaremos que las fibras del bordado se rocen y que la seda amarillee con el paso del tiempo. Puedes introducirlo en una de caja cartón sin ácido, ya que este material permite que la seda “respire”. Evita los recipientes de plástico, ya que pueden atrapar la humedad y propiciar el crecimiento de moho.

Saca tu mantón, al menos, dos o tres veces al año para airearlo y, como no, admirarlo. Además, es recomendable sacar tu mantón de Manila unos días antes de ponértelo y extenderlo en una cama o mesa grande para que “se planche” por su propio peso. También puedes ponerlo en una percha para que se estire, ¡pero solo si lo vas a usar unos días después!

Desde Grändma Modelitos Fetén entregamos nuestros mantones en antiguas fundas de almohada que pertenecieron a nuestras antepasadas, recuperando etas piezas y dotándolas de funcionalidad, siendo, por muchos años más, testigos de la historia, incluida la historia de nuestra familia.

f. Control de temperatura y humedad:

Idealmente, el mantón debe almacenarse en un lugar fresco, seco y con poca luz. La temperatura ideal es entre 20 y 25 grados. La exposición a la luz directa o a un ambiente húmedo puede deteriorar la seda y decolorar los bordados. Además, revisa periódicamente el mantón para asegurarte de que no haya signos de deterioro o plagas.
Y hablando de temperatura… ¿se puede planchar un mantón de Manila?

Puedes planchar la parte de seda bordada de tu mantón a baja temperatura, siempre del revés para que el realce salga hacia fuera. Así también evitarás brillos no deseados.

En cambio, generalmente, no se recomienda planchar los flecos de un mantón de Manila, ya que puede afectar la estructura de éstos. Una opción más amable con tu mantón es rociar en spray una mezcla de agua y suavizante sobre los flecos, humedeciéndolos y dejándolos secar al aire mientas se peinan con los dedos. Y no chicas, la plancha de pelo tampoco es el mejor aliado para peinar los flecos de tu mantón.

3. Manipulación y uso del mantón

a. Lávate las manos antes de manipular tu mantón.

Esta es una regla de oro que SIEMPRE tienes que seguir. Si estás manipulando un mantón de Manila antiguo o de colección, es aconsejable hacerlo con guantes de algodón para evitar que los aceites naturales de las manos se transfieran a la seda.

b. Al usar el mantón, evita el contacto directo con perfumes, desodorantes o cremas, ya que estos productos pueden manchar la seda y debilitar las fibras.

También ten en cuenta que los bordes y los flecos son partes delicadas, así que evita tirones y roces innecesarios.

c. Después de lucirlo, extiende el mantón en una superficie plana y aireada antes de guardarlo nuevamente.

Este paso permite que se libere de cualquier humedad que haya podido absorber durante su uso.

4. Disfruta y preserva esta joya de la moda

Un mantón de Manila es más que un accesorio; es una pieza cargada de historia y tradición.

Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de la belleza de tu mantón y preservarlo para que siga siendo parte de tu vida la de tus descendientes o más allegadas. No solo mantendrás viva su historia, sino que también contribuirás a la conservación de un legado cultural invaluable.

Recuerda que cada mantón tiene su propia personalidad y detalles únicos.

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